miércoles, 21 de septiembre de 2011

DONDE EXISTE UNA NECESIDAD DEBE HABER UN DERECHO: por la creación de la Secretaría de la Mujer


A lo largo de los años las mujeres hemos alcanzado grandes conquistas, sobre todo en aquellos períodos de avance del pueblo argentino. En el año 1947, con la sanción del voto femenino,  entramos en la historia como parte fundamental del devenir político del país. 
Sin embargo, desde 1976 los argentinos en conjunto (hombres y mujeres) asistimos a un proceso de “degeneración” de la actividad política en donde ésta, lejos de ser la herramienta de defensa para las clases más postergadas, fue la correa de transmisión de un modelo económico impuesto de afuera hacia adentro y de arriba hacia abajo. Sus consecuencias: desempleo, pobreza y exclusión.  
Luego de que éste modelo volará por los aires en 2001, si bien parece haber un despertar de la curiosidad colectiva por “saber de qué se trata”, la recuperación de la política es una cuenta pendiente. Reapropiarnos de esta actividad es fundamental para poder lograr una sociedad más justa.  
Toda cadena se rompe por el eslabón más débil. En un país periférico como la Argentina las mujeres cargamos con una triple opresión, de los países centrales, de clase y de género. Esto genera que tengamos mayores conflictos al momento de integrarnos en la participación colectiva, excluyendo de la misma al 50% de la población.  
Esta opresión se expresa de distintas formas. Una de ellas es la violencia de género en todas sus formas (económica, física, etc.). Lógicamente,  a una mujer desempleada, discriminada, o golpeada le resulta prácticamente imposible pensar en las cuestiones colectivas y mucho menos participar en función de ello. 
Es por esto  que desde la Agrupación Universitaria Nacional realizamos  junto con el Instituto de la Mujer, Víctimas del Delito y estudiantes de Trabajo Social un taller sobre “Violencia de Género”  en el que se llegó a la conclusión de que ésta no es una problemática ajena a la Universidad. Por un lado, porque aquí se forman los profesionales que intervienen ante situaciones de violencia pero fundamentalmente porque tiene muchas alumnas que pueden ser víctimas de la misma.   
En consecuencia, promovemos la creación de una Secretaría de la Mujer que atienda, entre otras cosas, esta problemática con el objetivo de brindar no sólo asesoramiento sino también soluciones concretas frente a las necesidades inmediatas que surgen en estos casos (alojamiento, ayuda económica, etc.).  
La universidad puede atender algunos de estos problemas a través de las residencias, el comedor y programas de becas. De esta forma, aquellas alumnas que puedan verse afectadas por una situación de violencia no sólo no se vean obligadas a abandonar sus estudios, sino que también encuentren en esta Universidad el apoyo necesario para terminar con la misma.